sábado, 17 de abril de 2010

Días dignos de ser escritos. 15.04.2010



Hay días en los que te levantas e intentas comerte el mundo, pero el mundo te come a ti.

6 de la mañana y como todos los días mi despertador comienza a sonar.

Pedaladas de bici, primer bus, segundo y llegada al colegio a las 8 y 17.

Sorpresa! excursión expontanea al bosque.

Mi modelito campestre se componía de: vestido, botas (no de montaña, sino con una suela del grosor de un hilo) un fular que me impedia el movimiento y mi bolso bandolera, además de la camara de dimensiones no pequeñas colgada en mi cuello.

Al igual que vosotros mi profesora notó, observó y presenció que iba bastante libre y cómoda, así que, decidió colocar, en cada una de mis manos, a las dos niñas más pequeñas para que no se cayeran.

Efectivamente! Ellas no lo hicieron, pero la que iba en el medio, osea yo, si lo hizo.
Qué mejor manera de demostrar que no pasa nada por caerse que haciéndolo uno mismo.
A mi me enseñaron a predicar con el ejemplo.
Mi vestido chorreaba barro, y los niños me ayudaron a limpiarme entre carcajada y carcajada.

Para ir a la laguna de las ranas había que cruzar un "mini" río, para mi era un barrizal.
La profe comenzó a coger niño a niño para que no se mancharan, por lo que deduje que yo también debería de cruzarlo.
Mis botas de 1 cm estaban listas y preparadas para ello.
Lo hice, pero en mi cara se notó que no era una profesional, los niños concentraron su mirada en mis pies subidos a un tronco (para intentar que no conseguir) no mancharme.

La hora de mi autobus se acercaba, así que me indicaron el camino y fui en su búsqueda, con la gran idea en mi cabeza, de atravesar campo para ahorrar tiempo.

A mitad del camino escuché un grito, casualidades de la vida que iba dirigido hacia mi persona.
Me comentaba una voz sueca en inglés que diera la vuelta, que ese no era el camino, que me estaba dirigendo a la laguna por terrenos que comenzaban a ser pantanosos.
Así que, después de 15 minutos perdida encontré el correcto.

Llegué al bus agotada, pero a tiempo.

Sin quererlo, tenía un regalo esperándome en el asiento. Note su presencia al intentar bajarme.
Un chicle se pegó, cual superglu, a mi vestido lleno de barro.

El resto del día lo pasé acojonada, pero sobreviví!

Realmente fue un día en los que no faltaron las risas, siempre detrás de un "¿¡¡por qué a mi!!?"

2 comentarios:

  1. Parece menira que te hayas leido Millenium y te atrevas a ir bosque a través .... sólo te faltó que te persiguiera un pit bull rabioso y que te cruzaras con un psicópata asesino en serie antes de caer en el lago cenagoso y hundirte en el barro.

    Esto es un sin vivir.

    PD/ Ya llevais mascarillas por el humo del volcán islandés????

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  2. mañana vuelvo al bosque... pero preparada¡¡ ;)

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